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    Clasificación de los Delitos

El Derecho Penal no castiga de forma igual todos los comportamientos. Existen diversas formas de clasificar los delitos para determinar su gravedad, procedimiento aplicable, pena, responsabilidad del autor y medidas de protección de los derechos de las víctimas. A continuación, te explicamos de manera detallada las clasificaciones más relevantes:

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Clasificación según la gravedad del delito

Los delitos se pueden clasificar según su gravedad en contravenciones, delitos menos graves y delitos graves. Las contravenciones son infracciones menores que afectan levemente el orden público o la convivencia social. Por ejemplo, una injuria simple o un escándalo público suelen sancionarse con multas o trabajos comunitarios, sin necesidad de prisión.

En cambio, los delitos menos graves ya implican un daño mayor, como una lesión leve o un hurto sin violencia. Por último, los delitos graves son aquellos que afectan profundamente derechos fundamentales, como la vida, la libertad o la integridad. Homicidios, violaciones o secuestros entran en esta categoría y pueden ser sancionados con penas de prisión prolongadas.

Clasificación según la intención del autor

En esta clasificación se distingue entre delitos dolosos, culposos y preterintencionales. El delito doloso se comete con intención consciente: el autor quiere cometer el acto y sabe que está infringiendo la ley, como en el caso de un robo planificado o un homicidio intencional.

En los delitos culposos, no hay intención de dañar, pero sí hay negligencia o imprudencia, como cuando alguien causa un accidente de tránsito por manejar distraído. En los delitos preterintencionales, el resultado es más grave que lo que el autor pretendía, como cuando una agresión leve termina accidentalmente en la muerte de la víctima.

Clasificación según la intención del autor

Cada delito afecta un bien jurídico, es decir, un valor protegido por el Derecho Penal. Por ejemplo, los delitos contra la vida incluyen el homicidio, el aborto o el femicidio; mientras que los delitos contra la libertad abarcan el secuestro, la amenaza o la coacción.

También existen delitos contra la integridad sexual (violación, abuso, acoso), contra la propiedad (hurto, robo, estafa) y contra la administración pública (peculado, cohecho). Esta clasificación permite agrupar los delitos según el tipo de daño que producen en la sociedad.

Clasificación según el tiempo de consumación

Los delitos instantáneos se consuman en un solo acto o momento, como un asesinato o un robo puntual. En estos casos, la acción delictiva tiene un inicio y un fin claramente identificables, lo que facilita su investigación y sanción.

Por otro lado, los delitos permanentes se mantienen en el tiempo, como en el secuestro, donde la conducta ilícita continúa mientras la víctima permanezca retenida. También existen los delitos continuados, donde varios actos similares (como pequeños robos repetidos) se consideran parte de una misma intención delictiva.

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099-214-1656

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