DELITOS SEXUALES

​La violación es un delito sexual que consiste en realizar actos de penetración vaginal, anal o bucal, o cualquier otro acto sexual de naturaleza análoga, sin el consentimiento libre y voluntario de la víctima. Este acto se lleva a cabo mediante fuerza, intimidación, amenazas, engaño o aprovechamiento de una situación de vulnerabilidad (como intoxicación, discapacidad, minoría de edad o inconsciencia).

Consiste en cualquier acto de naturaleza sexual realizado sin el consentimiento libre, consciente y voluntario de la víctima, ya sea mediante engaño, coerción, abuso de poder, o aprovechamiento de una situación de vulnerabilidad. A diferencia de la violación, el abuso sexual no necesariamente implica penetración, pero sí comportamientos sexuales no deseados que atentan contra la libertad, dignidad e integridad de la persona.

Consiste en conductas verbales, físicas o gestuales de naturaleza sexual no deseadas, que crean un entorno intimidatorio, hostil o humillante para la víctima. A diferencia del abuso sexual o la violación, no necesariamente implica contacto físico, pero sí un patrón de comportamientos invasivos y repetitivos que afectan la dignidad y libertad de la persona.

Consiste en utilizar a una persona, generalmente en situación de vulnerabilidad, para obtener beneficios económicos o de otro tipo a través de actos sexuales forzados o coercitivos. Esta práctica implica abusos de poder, engaño, manipulación o fuerza, y puede manifestarse en diversas modalidades, como la prostitución forzada, la trata de personas con fines sexuales o la pornografía bajo coacción.

Es cualquier representación visual, auditiva o digital de menores de edad (generalmente menores de 18 años) en actividades sexuales explícitas, reales o simuladas, o que muestren sus genitales con fines sexuales. Este delito es una forma grave de explotación sexual infantil y está penado internacionalmente.

Consiste en inducir, facilitar o promover que un menor de edad participe en conductas sexuales, delictivas o moralmente perjudiciales, alterando su desarrollo psicosocial normal. Este crimen no siempre implica contacto físico, sino manipulación psicológica, exposición a contenidos inapropiados o arrastre hacia actividades dañinas (como prostitución, pornografía infantil o consumo de drogas).